2.8.11

LA PERVERSIDAD ES UNA EMOCIÓN AFRANCESADA


Me acerco a Tarántula, la novela de Thierry Jonquet, porque la adapta Almodóvar en su nueva película, La piel que habito, y en algún lugar leo maravillas y alguna cosa más que llama mi atención y que ya no recuerdo, pero que seguramente tendrá que ver con lo malsano y los oscuros placeres de la perversión. Y porque hay un cirujano plástico convertido en mad doctor. Seguro que es por eso, sí, porque ahí está. Tarántula se lee en una sentada, dos a lo sumo, porque sus cien páginas y poco más van directas al grano y no se andan con hostias por mucho que hilvane tres historias que acaban, claro, siendo la misma. No sé qué tal estará la película, intuyo que bien, pero el material de partida es estupendo. Me dicen que la adaptación es libre y que en realidad se acerca más a Los ojos sin rostro de Franju, pero es que ese clásico oscuro del fantastique gabacho transita por el mismo camino que la novela de Thierry Jonquet. Hay ahí una tradición en la que nuestros vecinos se sienten muy cómodos, un gusto por la perversión y lo escabroso, por el erotismo depravado, que culturalmente viene de lejos y resulta la mar de popular, un camino transitado por baja y alta cultura y diferentes clases sociales. Tarántula encarna eso muy bien porque tenemos, entre otros, a un burgués perverso y a un bruto delincuente de pueblo, ambas cosas muy habituales en la ficción francesa. Maldad retorcida y refinada frente a salvajismo rural, dos contextos diferentes donde dejar sueltos nuestros rincones más oscuros. También hay peculiares heroínas que se prestan a la sumisión mientras inclinan la cabeza, fetichismo sado, humillación y venganza que llevan, curiosamente, hacia el amor. Es tremendo que en tan pocas páginas se siembren tantas lecturas y detalles que tampoco desvelaré por no joderles la lectura pero que están ahí para quien quiera verlas y disfrutarlas. No negaré que toda la historia, al final, tiene su punto exagerado y quizás inverosímil, pero eso la eleva a terrenos propios del fantástico más abisal, allí donde la imaginación se demuestra poblada por los peores demonios.

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