11.7.09

CASTIGO Y CATARSIS ADULTA

Zipi y Zape - Sala de tormentos

"La importancia de Zipi y Zape como personajes corrosivos solo puede comprenderse examinando los viejos ejemplares del Pulgarcito —antes de que las normas y orientaciones oficiales neutralizaran a éstos como a tantos otros antihéroes de la historieta española—, cuando los personajes eran químicamente puros y vivían en guerra total con el orden adulto, ese orden que en las historietas parodiaba el equilibrio burgués entonces apetecido por tantas buenas gentes. Zipi y Zape, como antes Max y Moritz y después Hans y Fritz, pasaban por las historietas destruyéndolo todo y corriendo, a su vez, el riesgo de ser destruidos por su indignado padre.
Ya en la primera historieta -publicada en el numero 57 del Pulgarcito- el relato se cerraba con una viñeta en la que Zipi y Zape eran amarrados por su indignado padre a un poste bajo el cual había sendas bombas humeantes; en historietas slguientes, el final -de signo compensador y catartico ante los posibles lectores adultos— consistía en meter en el cepo a Zipi y Zape, en hacer tragar a cada uno 20 litros de bencina, en dejarles amarrados sobre una tabla erizada de clavos, sentados sobre una caja de dinamita con su correspondiente mecha humeante, abandonados atados sobre la vía del tren, enterrados vivos hasta el cuello, etcetera."
Fragmento de El sadismo infantil, potencial de terror, artículo de Antonio Martín publicado en Terror Fantastic #11 (agosto de 1972).

Zipi y Zape - guillotina

1 comentario:

Unoquepasaba dijo...

Jejé! pues tiene su gracia, oye... 
En los que yo recuerdo lo máximo era mandarlos al "cuarto de los ratones" (...).