28.3.07

MUERETE CONEJO



Andy Riley y su Libro de los Conejitos Suicidas, que acaba de publicar Astiberri, me han producido quince minutos de intenso disfrute. Sólo quince porque es el tiempo en que uno acaba con esta lectura breve, pero intensa y muy generosa en humor negro. La idea de suaves conejitos planificando con perseverancia su suicidio ya es bella por definición, pero es que Riley sabe gestionar una temática tan concreta y cerrada diversificando la propuesta con todo tipo de recursos gráficos, narativos y argumentales. Hay instantaneas de fracasos y victorias, hay complicadas estrategias y hay guiños de todo tipo, como los dedicados a Star Trek o al The Wicker Man clásico. Una delicia, ya les digo. Y me tranquiliza saber de la existencia de un Retorno de los Conejitos Suicidas.


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